Google ha anunciado la implementación de una innovadora herramienta basada en inteligencia artificial dentro de su motor de búsqueda, la cual, según la compañía, tiene el potencial de transformar profundamente el funcionamiento de Internet. Mientras tanto, hay quienes sostienen que esta evolución tecnológica podría significar un desastre para el ecosistema de los sitios web tradicionales. Lo que sí parece inevitable es que el modelo de Internet que ha prevalecido durante los últimos treinta años está llegando a su fin, dando paso a una nueva era que algunos ya denominan la “web de las máquinas”.
El funcionamiento de Internet hasta ahora ha estado sustentado en un pacto tácito: los sitios web permiten el libre acceso a su contenido por parte de los motores de búsqueda, y como retribución, plataformas como Google Search redirigen a los usuarios hacia dichos sitios, donde estos pueden realizar compras o interactuar con publicidad.
Este sistema ha sido fundamental para la economía digital, ya que constituye la principal vía mediante la cual muchos sitios web monetizan su contenido y sostienen sus operaciones.
Actualmente, se calcula que aproximadamente un 68% de las actividades en línea se originan en motores de búsqueda, y que Google concentra cerca del 90% del total de dichas búsquedas, lo cual le confiere una influencia determinante en la dinámica del tráfico web global.
